70 años bajo las estrellas
Ciro Bianchi Ross
Con mulatas despampanantes en escena, música contagiosa y desbordada, humo, nostalgias, risas, abrazos, aplausos y chin-chin de copas el mítico cabaret Tropicana, de la capital habanera, celebró su 70 cumpleaños. Una noche memorable que incluyó un recorrido por los grandes éxitos de siempre, pasado y presente del centro nocturno, y que desembocó en un primer gran final cuando, a los acordes de Tambor y Tropicana de Cuba, un video rindió merecido homenaje al coreógrafo Tomás Morales que celebraba sus 55 años de vida artística.
Porque, en el aniversario del cabaret, los asistentes fueron partícipes de una justa tradición: la entrega del prestigioso trofeo Tropicana y otros galardones a quienes, desde esa propia arena, han cimentado su leyenda.
Actual Director Artístico y Primer Coreógrafo de esa sala de fiestas, Morales ha estado vinculado de manera ininterrumpida a Tropicana durante más cuatro décadas. Quehacer que se le reconoció con la placa que así lo acredita, en tanto que con otra placa se enaltecía al colectivo de trabajadores del cabaret que con su labor anónima y no por eso menos importante garantizan el espectáculo.
Los trofeos esta vez fueron para Mary Salazar y Alberto y Armando Pérez. De Mery, entre otras actuaciones, se recordó su brillante presentación, junto a Rosa Fornés, primera vedette de Cuba, en la gran tournée por tierras mexicanas de Tropicana 84. Alberto y Armando son los gemelos actuales del cabaret.
Durante los años 80 Tropicana contó con una atracción única: la inclusión de gemelos, mujeres y hombres idénticos, en su nómina danzaria. Aportaron un capítulo de oro y una inequívoca señal de identidad en la noche habanera. Alberto y Armando son astros de esa constelación irrepetible.
Dos figuras obligadas en las presentaciones de Tropicana en plazas internacionales. En Madrid, Milán, San Remo, Barcelona, Roma, Montecarlo… los han aplaudido por su excelencia danzaria y carisma desbordado. Cualidades esas que inspiraron al maestro Tomás Morales a crear para ellos coreografías antológicas, como Los ojos de Pepa, La chancleta, French Can Can, Popourrit de mambos y Rumba de taburetes; con las que los Pérez cosecharon éxitos definitivos.
Hombre de fecundo genio creativo y altísima profesionalidad, Tomás Morales es maestro de maestros en el ámbito del espectáculo contemporáneo y uno de sus pilares más sólidos en Cuba.
En la noche de los trofeos se recordaron sus nexos con Tropicana, donde comenzó como bailarín. Incorporó seguidamente el canto a su arte hasta descubrir su portentoso talento coreográfico e incursionar en la concepción y dirección de grandes puestas en escena no sólo para el cabaret sino también para la televisión y el teatro. Condujo la única y exitosa presentación de Tropicana en Broadway, así como su presentación especial, en la misma tournée de 1988, en el recinto de la Organización de Naciones Unidas, puesta en escena que ganó para el centro nocturno la Medalla por el 40 Aniversario de la Victoria sobre el fascismo. Pero Morales es también presente. Así lo confirma su más reciente producción, Tambores en Tropicana.
Jornada inolvidable la de los 70 años del cabaret Tropicana, con mulatas despampanantes en escena, música contagiosa y desbordada, humo, nostalgias, risas, abrazos, aplausos y chin-chin de copas, en la que se rindió homenaje a los que encumbran las puestas en escena del paraíso bajo las estrellas.